domingo, 10 de junio de 2012


¿Cocinero? ¿Científico Loco? ¿Artista? ¡Arduo Trabajador!
“En efecto el chef no sólo es un cocinero que cocina,  debe ser ante todo,  profesional”
Egoísmo, egocentrismo, territorialidad, explosividad, entre otras, son características que acompañan a un chef durante su crecimiento profesional. Características que a veces hacen de él una persona “intratable” y que muchas veces no comprendemos que a pesar de no aparentarlo (porque así lo dice el código) el cansancio va más allá de la necesidad de socializar.
Y es que en verdad que es ardua la jornada laboral, en la cual el chef debe ver todo, leer todo, oler todo, probar todo, estar al pendiente de todo para llegar a un fin: El platillo del comensal.
Este platillo que pocas veces es valorado como se debería si indagamos en la enorme cantidad de horas que se emplearon para prepararlo, si vemos el mundo de ideas que corren dentro de la cabeza del chef,  la certeza y el temple para elegir solo las adecuadas para que su platillo no sea ni muy simple, ni tan complejo que haga que se pierda idea principal.
Además de eso, ésta profesión implica soportar con el ambiente laboral, un ambiente hostil y egoísta, donde cada quien ve por sus ojos y donde hay una constante lucha por quien hace mejor las cosas, por quien aproveche mejor los recursos y sea más efectivo en el servicio, sabiendo aún que ni un “felicidades” recibirá de su superior y con el único fin de elevar el ego personal.
Sin dejar de mencionar el compromiso social al que representa salir a las calles usando el atuendo que día con día nos acompaña, compromiso de escuchar comentarios como “Haber cuando me pasas unas recetas”, “Deberías hacerme un pastel para darte el visto bueno” “A mi mamá le gustaba cocinar, ése era su platillo preferido y nadie como ella para prepararlo” y a todos estos comentarios hacer una faceta de sorpresa, sin hacerles saber que al final del día lo único que necesitas es descansar para la próxima rutina.
La invitación está abierta a quedarse en las manos del chef, de estar abiertos a degustar, cultivar nuestro cerebro de nuevas sensaciones y principalmente reconocer la diferencia entre “comer por hambre” y “comer por placer”. Este comer por placer que alimenta nuestras ganas de seguir inventando nuevas cosas; como un científico, de crear algo tan diferente que jamás vuelva a ser repetido; como un artista, y de seguir trabajando tan arduamente como un profesional.
Luis Martín López Reyes.
                                                                                             Email: luis.martin.23@hotmail.com          

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